Nuevos cantores de Amadeus-IN se incorporan al coro mixto. Entrevista a Pilar Jiménez

 Coro Amadeus

Jueves  13 de octubre de 2011

Por Ángela García

Finalizamos las entrevistas a  los distintos cantores que han entrado en la plantilla del Coro Mixto procedentes de Amadeus-IN  con Pilar Jiménez. Contesta de forma  extensa y distendida a nuestras preguntas.

–       ¿Cuándo entraste en Amadeus-in?, ¿qué edad tenías?

P.J. No me acuerdo con exactitud, creo que hace 4 ó 5 años; tendría unos 16 ó 17 años.

–       ¿Qué fue lo que  te llevo a querer entrar en un coro? ¿Elegiste Amadeus-in por algo?


P.J.
Con respecto a entrar en un coro…Si soy sincera, al principio, obligación, puesto que tenía que cursar dos años obligatorios de esa asignatura en el conservatorio; no había cantado en ninguna agrupación y realmente no sabía lo que era, decidí acercarme a hacer la prueba por consejo de las profesoras que me prepararon para la prueba de acceso de grado medio; ambas acabando ya su grado medio de guitarra; habían pertenecido a la escolanía anteriormente. Iba convencida de no ser admitida (risas) porque todo el mundo hablaba de la escolanía como algo de difícil acceso que requería mucha preparación y a dónde iban los niños del conservatorio a los que les interesaba un poquito más (de lo normal) cantar…;yo sé con seguridad que no fui por ese aspecto… me daba bastante vergüenza y seguramente si me hubieran explicado en lo que consistía la «prueba» no hubiera ido (muchas risas) por mi carácter…, peeeero, admito que había un aliciente: mis profesoras me aseguraban que era muy divertido, que fueron sus mejores años en el conservatorio, aparte de aprender, se complementaba todo con viajes y conciertos en Badajoz y fuera de allí, muchas personas me hicieron pensar que era buena idea, realmente,  el año que yo entré, fue más elegida por los estudiantes en el  conservatorio que la propia asignatura de coro, me hablaron tan bien de la escolanía que decidí probar.

Amadeus- in surgió por suerte una vez que ya estaba dentro de lo que era la escolanía; todos queríamos estar dentro de allí puesto veíamos que era algo como una selección, que nos obligaba a estudiar mejor las partituras para intentar llevarlas como a nuestro director le gustaría, y poder asistir al mayor número de conciertos posibles.

–       ¿Tienes estudios musicales?, ¿cuáles?

P.J. Todavía no he acabado mi grado medio, pero estoy en ello; hace seis años comencé 1º de GM de guitarra y actualmente comienzo 6º con mi profesor Rogelio Palomo; durante mis dos primeros cursos, esos dos años obligatorios de coro, me hicieron cambiar bastante la forma de ver el estudio allí; era como la clase más esperada siendo obligatoria, y cuando acabé esos dos años decidí que no podía deshacerme de esa parte de mi formación musical y personal así , sin más.

– Cuéntanos algo de tu paso  por Amadeus-in. Qué es lo que recuerdas más grato y qué es lo que te ha resultado más duro.

P.J. Lo que recuerdo más grato con la agrupación son los conciertos, siempre nos han recibido muy bien en todas partes, y hubo un año que no podría acordarme ni de los nombres de los pueblos a los que fuimos, todos los fines de semana había un concierto en alguna parte de Extremadura, y los conciertos en Badajoz eran geniales porque le resultaba más fácil asistir a nuestras familias y amigos y nos gustaba enseñar los repertorios y que vieran ¡donde estábamos metidos!! (claro que sí jaja). A nivel personal creo que a todo el mundo le gusta ver que va avanzando en cualquier aspecto dentro del grupo, es decir, que consigue ir a la vez, que se sabe las obras y que no se necesita ver la partitura, y sólo se centra uno en cantarla y darle los matices que el director quiere, a eso se llega ya en fechas próximas a conciertos y es muy grato después de todos los ensayos, aunque muchas veces creo que no hemos sido conscientes de la evolución de una obra.

Lo más duro era ver que no salían partes de obras por más veces que las trabajara el director. Se viciaban algunas cosas y tenía que ingeniárselas para corregir esos errores que estaban en la cabeza de un grupo grande de niños.

A nivel personal, en primer lugar, me ha sido difícil cuadrar los ensayos con las clases del conservatorio, algún año tuve bastantes problemas, sobre todo cuando ya no era una asignatura obligatoria. Pero al final salió la cosa bien.

–       ¿Qué consideras que te ha aportado? (personal y musicalmente) 

P.J. Musicalmente me está ayudando a no dejar de leer, que me sigue costando bastante, yo no estudié grado elemental, directamente entré en grado medio y con 14 años, así que supongo que me falta interiorizar conocimientos teóricos que un niño hace muy mecánicos, como cuando te enseñan las tablas de multiplicar, las dices sin pensar, pues así debería ser la lectura (jaja) y soy consciente de que no es mi caso… pero bueno, al menos no tengo un oído en frente del otro y creo que ese quizás sea mi fuerte, aunque admito que si se agudizó fue por el agobio a no seguir al grupo supongo, fue un reflejo de adaptación (jajajajajjaa)

Personalmente parece que no influye pero es algo que te va cambiando, me explico: lógicamente cada uno tiene su carácter, unas personas son más sensibles que otras o les afectan más las cosas que a los demás…; pero cantar es otra forma de expresión y relación, a mí me ha ayudado a relajarme de mis estudios, a desconectar de los problemas adolescentes y los problemas reales, a ir perdiendo un poco la vergüenza (que eso se aplicaba a situaciones fuera del coro y era genial) además, era de las más mayores dentro de ese coro junto con algunas amigas, tampoco les sacábamos tantísima diferencia de edad, y con forme pase el tiempo menos se notará; pero con 15, 16 ó 17 años ya nos cambiaba el chip y sin querer nos gustaba estar pendiente de ellos, cada uno era un mundo y la verdad que jamás tuvimos problemas entre nosotros, me encantan los niños, tengo un hermano “pequeño” que me saca dos cabezas, y allí realmente podíamos intentar ejercer de hermanas mayores, nos reíamos mucho, y eso se reflejaba cuando llegabas a casa, siempre estaba muy a gusto y serán o no casualidades, pero cuando he tenido problemas de algún tipo, coincidía con un momento cada vez más grato dentro del coro, con respecto a resultados… y ese sentimiento de triunfo por parte de todos la verdad que camuflaba lo que sintieras de decepción en otro sitio, aunque parezca increíble.

–       Alguna cosa que te hubiese gustado hacer con el grupo que no hayas hecho

P.J. Pues… déjame pensar… porque creo que no hemos podido hacer más cosas con los recursos que había; quizás hubiera sido divertido concursar, cantar en el extranjero y tal pero íbamos a lo que salía y a lo que se podía; Extremadura es preciosa y no lo sabemos bien los extremeños, pienso que antes de viajar es imprescindible conocer tu tierra y saber que está llena de tesoros de todo tipo; ya después se sigue por el resto del mundo. Nuestro director, en estos años, es lo que creo nos lo ha intentado reflejar de muchas maneras, musicalmente utilizando autores de nuestra tierra, y físicamente llevándonos por nuestros pueblos, donde hay muchos restos históricos, hemos cantado en sitios preciosos, bueno me acuerdo en un concierto donde estábamos algunos Amadeus-ines haciendo de seises, que tenía que tocar una campanilla simulando una misa del siglo XVI, y se nos había olvidado la de los conciertos y llevaba en la mano una campana que me sacaron del museo de la Iglesia Santa María de Trujillo de no sé qué siglo… ¡fue genial!, y, madre mía, ¡qué miedo a romperla!, o perderla… (por sucesos anteriores)  ¡en fin!

Pero…no cambiaría nada de mi paso por allí, lo recuerdo con muchísimo cariño y es donde aprendí y avancé más.

–       Después de este tiempo has entrado en el Coro Mixto. ¿Te lo esperabas? ¿Qué se te vino a la cabeza cuando te lo dijeron?

P.J. Pues no me sentía con nivel suficiente para estar allí, porque veía que cantaban repertorios más largos y diferentes a lo que hacíamos en Amadeus-in;  te cuesta soltar al grupo donde llevas ya años, me daba miedo no encajar en el de los mayores y además es que relacionaba el coro con diversión y siempre estaba esa idea que rondaba la cabeza de que si te ibas con los mayores habría seriedad…

Por otra parte era lo que cualquier Amadeus-in al que le gusta eso quiere; porque quiere decir que el director sigue contando contigo, pero, sí que pensaba que ya se me veía con Amadeus-in como una “amadeusona” (ja,ja,ja) era una mezcla de todo, me hizo mucha ilusión, y me dio pena, aunque nunca nos desvinculamos del todo.

–       ¿Qué esperabas  encontrar  en el  Coro Mixto?

P.J. Pues en aquellos admirados “mayores” (y la la pena era eso mismo), esperaba encontrar SERIEDAD, SERIEDAD y más SERIEDAD; con eso de que estaba en la edad del pavo (aunque creo que aún estoy volando) era un problema muy grande, ya no habría ensayos donde el director se paraba mirando fijamente al niño que estaba hablador ese día, o que se reía de alguna tontería que había dicho previamente… sin embargo estaba con mi amiga María del Mar que avanzó conmigo el mismo año y eso nos unió más.

–  ¿Te has encontrado cómodo con ellos?

P.J. Madre mía… de lo que esperaba encontrar resultó todo lo contrario (jajaja) lo siento pero lo voy a hacer público; los que pertenecen al coro tienen a su niño interior sentado en el hombro, así que mi mini-yo tampoco me abandonó (jajaja) es muy grato estar con ellos, lo hacen todo fácil, los ensayos me sorprendieron porque ellos también llevan muchos años juntos y también tenían sus bromas y tonterías; así que no acabó la diversión, dió un giro, hemos crecido en el coro, yo creo que los mejores años de nuestra vida están vinculados a él.

Es difícil llegar al ensayo con un problema y que te miren algunas personas  y que no sepan qué te pasa; siempre están para ti, a cualquier hora, lugar, vacaciones, fiestas, día cotidiano o la peor de sus fechas, escuchándote sin tener por qué hacerlo, además con una sonrisa o una broma que saben que es de tu estilo y no te sentará mal; el coro pasa a ser una especie de familia postiza (jajaja) nos arroparon mucho a María del Mar y a mí cuando entramos y eso no se me puede olvidar nunca. Al ser de golpe de las mayores a las pequeñas, supongo que vimos claramente lo que era ser las protegidas es un chollo, es difícil pensar que eso desaparezca, además cada vez cantan mejor cada uno y te da miedo ponerte a su lado porque los escuchas y es una pasada. Los quiero mucho, la verdad.

–       ¿Has sido seguidor del grupo?, ¿Te gusta la música que cantan?

P.J. Claro que sí los escuché la primera vez sin saber que eran ellos, y sí que me gustan, han cambiado muchísimo desde entonces, física y musicalmente.

Me gusta la música que cantan, cuando empezamos a tener relación con ellos (aunque un poco lejana, fue haciendo de seises) era un repertorio muy sacro, muy difícil, con polifonía, pero era del inicio de la polifonía. Ahora, ya desde dentro, se han montado otros programas más contemporáneos con obras como Lux Aurunque, radicalmente distinta a lo que estaba acostumbrada a oír, muy modernas… pues… te  quedas boquiabierta.

–       Háblanos un poco del director del coro. ¿Qué papel ha jugado en todo esto?

P.J. Un director siempre es la cabeza del puzle, es una pena que si sale bien la cosa todos se centran en hablar de la agrupación y si sale mal, esto es poco agradecido, todo va para el director, no que todo vaya para el director, si algo suena mal indudablemente la gente piensa: dios mío que mal  el grupo, pero el que da la cara tiene que ser él. Así que creo que no todo el mundo sirve para director, como para cualquier carrera, debe tener uno una forma de ser determinada, y aquí hay que ser valiente.

 Aunque piense que llevo mucho tiempo, solo son seis años pero también he visto muchos cambios en él, tanto musicalmente hablando (con respecto a repertorio por ejemplo), como personal. Él es también es muy joven y ha crecido con su trabajo, ha visto momentos muy buenos y rachas malas de las que ha salido airoso, pienso que siempre sabe lo que hace y que lo hace por algo, aunque a veces me daban miedo sus decisiones porque no me veía ni me veo capaz de conseguirlas (supongo que habrá que ganar autoestima).

Es una persona cercana a nosotros, sabe estar en su sitio, pero si necesitas algo, sabe escuchar y aconsejar, que no solo es un gran músico, también persona.

Creo que todos tenemos cosas en común con él, cuando María del Mar y yo estuvimos en Noja (Santander) haciendo un curso de dirección coral del que nos informamos por Amadeus, él fue uno de los directores/profesores allí, y conocí muchas facetas de él que no sabía. Tenemos un director muy deportista (eso en cuanto a información para el que no lo sepa.. jaja) que es un buen ejemplo ya que poca gente sigue haciendo deporte una vez que acaba el colegio y eso es salud.

A veces por el papel que tiene en el coro de cabeza, lo vemos creo como el intocable… y es una persona, por tanto tiene también días en los que nos necesitará cerca, creo que sabe que cuenta con nuestro apoyo, como nosotros contamos con el suyo.

Me hace gracia porque sobre todo cuando estábamos en Amadeus-in, se ponía serio porque necesita cierta disciplina para trabajar, pero a mí me entraba la risa muchísimas veces porque lo miras y le salen los hoyitos en la cara que me decían mi abuela que eran los “hoyitos de la simpatía” y soy incapaz de ponerme seria, por eso cuando no salen las cosas bien en los ensayos y nos corrige, o me corrige personalmente, procuro no mirarle a la cara porque no me cuadra el enfado con la cara, así que miro al suelo, a algún compañero o a la partitura (jajajajajaja…).

 

–       Algo que quieras añadir. 

P.J. Añadir… no sé… nada nuevo:

A mis Amadeus-ines que sigan trabajando y sigan riéndose y pasándoselo en grande dentro de aquí porque si sabes usar esto como una herramienta de trabajo personal te ayuda incluso psicológicamente a ser feliz, para “gritar” en otro idioma como es la música, y soltar lo que tengas en la cabeza, para rezar el que sea religioso, para pasar un rato metido un poco dentro de una atmosfera donde no puedes estar en otro lugar, porque escuchar una voz diferente delante, detrás, a tu derecha, a tu izquierda e incluso lo que pueda salir de ti mismo… es algo que solo conoce el que está allí.

A mi amiga María del Mar que aunque lleve mucho más tiempo que yo, en sus últimos seis años hemos estado juntas compartiendo yo creo que casi que los mismos conciertos siempre y nuestras cosas.

A mi Amadeus que tiene un corazón tan grande como su voz darle las gracias por aguantarme,  tengo personas muy importantes para mí allí dentro y ellos los saben…

Y a mi director que hace posible que sigamos estando juntos y nos regala su tiempo a todos.

GRACIAS, UN BESAZO ENORME PARA TODOS