Domingo 18 de septiembre de 2011
Por Ángela García
– ¿Cuándo entraste en Amadeus-in?, ¿qué edad tenías?
I.G. La verdad que yo cuando empecé a cantar no existía todavía Amadeus-in, ya que entré en la Escolanía del Conservatorio con 8 añitos, en un momento determinado se formaron los Seises de Amadeus y después se formó Amadeus-in lo cual habrá ocurrido hace unos 4 años aproximadamente, por lo que he vivido el origen del nuevo coro con unos 13 años.
– ¿Qué fue lo que te llevo a querer entrar en un coro? ¿Elegiste Amadeus-in por algo?
I.G. Si soy sincera entré por primera vez en un coro porque el director siempre me había transmitido confianza o, más bien, interés hacia lo que podía hacer dentro del coro, además, siendo pequeña me pareció algo divertido en lo que emplear mi tiempo libre; y… han ido pasando los años. Me alegro de haber tomado esa decisión tan “inocente” en principio pues el pertenecer a un coro como la Escolanía del Conservatorio o el coro Amadeus-in ha llegado a ser algo verdaderamente importante para mí.
– ¿Tienes estudios musicales?, ¿cuáles?
I.G.Comencé con 6 años en las clases extraescolares del colegio Enrique Segura Covarsí donde hice piano durante tres años. Después realicé la prueba de acceso al Conservatorio de Badajoz donde inicié mis estudios de Arpa y pasé a formar parte de la Escolanía. Terminé el grado elemental de Arpa pero no continué tocando, aunque sí he seguido con todo lo relacionado con cantar en coros hasta hoy.
– Cuéntanos algo de tu paso por Amadeus-in. Qué es lo que recuerdas más grato y qué es lo que te ha resultado más duro.
I.G. Podría contar muchísimas anécdotas de los ensayos, de los conciertos… tanto de cuando estábamos solo los “pequeños” como cuando cantábamos con los “mayores”. Una de las experiencias más intensas con Amadeus-in, son, sin duda, esos momentos antes de finalizar una obra en algún concierto que en los ensayos no salía bien nunca y que Alonso nos hacía repetirla una y mil veces, bueno, pues cuando se estaba cantando en concierto no hacía más que pensar: saldrá bien, saldrá bien…y cuando termina y… ¡sale!, entonces miraba a los compañeros, miraba al director, nos sonreíamos y sientes la satisfacción de que todo el trabajo hecho tiene una recompensa.
Con respecto a lo más duro de mi paso por Amadeus-in, podría decir que era la responsabilidad que sentía de tirar de mi cuerda hacia delante y la sensación, a veces, de parecer que no avanzaba, que no conseguía hacer lo que el director pedía, aunque al final se lograra. También me resultaba muy duro cuando alguna vez no he podido asistir a algún ensayo o concierto debido a los estudios escolares, eso es lo que peor llevaba.
– ¿Qué consideras que te ha aportado? (personal y musicalmente)
I.G. El pertenecer al coro me ha aportado muchísimos valores, tantos musicales como personales. Musicalmente he evolucionado en mis conocimientos de solfeo y he aprendido técnicas de canto; he aprendido a saber cómo hacer correctamente ejercicios vocales, como entonar notas imposibles…. Personalmente he aprendido a exigirme a mi misma para llegar a conseguir lo que quiero, me ha aportado madurez, porque al fin y al cabo he crecido cantando y muchas de las normas de este coro son muy útiles para la vida cotidiana y los estudios, aunque lo que realmente me ha aportado es la pasión por algo, hasta el punto de querer dedicar parte de mi vida a la música, en concreto al canto.
– Alguna cosa que te hubiese gustado hacer con el grupo que no hayas hecho
I.G. (Irene ríe) De los siete años cantando entre la Escolanía del Conservatorio y Amadeus-in 6 de ellos he sido voz segunda, y en esta cuerda siempre nos estábamos quejando de que nunca hacemos solos como las primeras. Pues…, a lo mejor, hacer un solo es algo que me hubiese gustado hacer y que nunca he hecho aunque, la verdad, si no lo he hecho es porque soy muy vergonzosa (Irene sigue riendo).
– Después de este tiempo has entrado en el Coro Mixto. ¿Te lo esperabas? ¿Qué se te vino a la cabeza cuando te lo dijeron?
I.G. La verdad que siempre lo he visto como una meta: «cantar con los mayores» era algo que tenía que conseguir, y cuando el director me convoco a la prueba me puse hasta nerviosa leyendo el correo porque ya estaba a punto de conseguirlo, y cuando ya recibí el SI entonces fue cuando me lo terminé de creer y pensé: «¡Bien, un escalón más!»
– ¿Qué esperas encontrar en el Coro Mixto?
I.G. Espero desarrollar de forma importante mi técnica, aprender nuevas cosas del trabajo coral y aprender lo máximo que pueda para poder consolidar futuras expectativas que tengo en relación al canto.
– ¿Consideras que vas a estar cómodo con ellos?
I.G. ¡Claro que sí! Ya he podido cantar con ellos en varias ocasiones cuando hemos ido con el grupo de Seises perteneciente al coro Amadeus-in y el trabajo siempre ha sido satisfactorio. Forman un grupo de personas con las que apetece pasar el tiempo ya sea cantando, hablando o simplemente un rato de ocio.
– ¿Has sido seguidor del grupo?, ¿Te gusta la música que cantan?
I.G. He sido seguidora del grupo desde que entré a formar parte de la Escolanía (de lo que ya hace unos años…) y la verdad que siempre me ha gustado su trabajo y tengo que decir que no ha habido concierto en el que no se me hayan puesto “los pelos de punta”, tanto por el repertorio, como por sus voces.
– Háblanos un poco del director del coro. ¿Qué papel ha jugado en todo esto?
I.G. Pues de él sólo se me ocurre decir cosas buenas porque ha sido un buen profesor para mí. Hemos vivido muchas clases juntos, muchos ensayos, conciertos y nos hemos “aguantado” mutuamente aunque, debo confesar que, en este sentido él ha sido más paciente conmigo. Considero que Alonso es una persona clave en mi vida, no sólo por lo que me ha enseñado, sino por lo que se ha preocupado por mi formación y para que disfrutase con todo esto. Es el que me ha animado a seguir con la música y el que ha logrado que forme parte de mi vida. Además de ayudarme a conseguir una de mis metas, que era entrar en el Coro Mixto.
– Algo más que quieras añadir.
I.G. Pues me gustaría animar todo el mundo a que se involucre de alguna manera u otra en el mundo de la música, ya sea tocando un instrumento o usando el instrumento de nuestro cuerpo, la voz. Cantar ha marcado mi vida. He tenido muchas experiencias buenas y gratificantes que me han permitido evolucionar en muchos aspectos. Nunca me arrepentiré de la buena elección que hice al seguir cantando cuando deje de estudiar música en el conservatorio. Le doy gracias al director, Alonso Gómez Gallego, por todo lo que me ha enseñado y todo lo que le queda por enseñarme; al igual que le agradezco y felicito su trabajo a él se lo agradezco a aquellas otras personas que nos han ayudado en Amadeus-in… bueno y al Coro Mixto por transmitirme todo lo que un coro puede llegar a conseguir. GRACIAS.